Ivan Herzog

Después de patearse todo el país con el piano a cuestas Ivan Herzog decide rebañar todo lo que le queda en el tupper, recalentarlo al microondas y volver a servirlo una última vez en el Finale de la Tienes Que Verlo TOUR. Para ello no ha podido hacer otra cosa que tirar de cabeza y corazón y llamar a las puertas de lo que ha sido y será siempre su casa. El Gran Teatro Caixabank Principe Pío. Tú ahora mismo, como soldado raso te estarás preguntando el motivo de la importancia del lugar así que aquí estoy yo para contarte por qué le llamo mausuleo. Cuando Ivan Herzog llegó a Madrid hace 4 años (antes de lanzamientos, pelotones y zombies) lo hizo siguiendo las baldosas amarillas de un nuevo musical que revolucionaría las tachuelas de las chupas de cuero del país. We Will Rock You retornaba a la capital con Ivan Herzog embutido en las faldas de Britt. Mientras las temporadas de WWRY se iban programando hasta no 1, ni 2, ni 3, ni 4, sino 4 veces (hasta el momento) Ivan daba la lata cada día entre camerinos con el nuevo tema que acababa de componer-producir. El elenco (ya provisto de la categoría de familia) lejos de cansarse del mismo pesado todos los días, no dejó de apoyar y avivar los sueños del hiperactivo catalán. Si sigues aún leyendo todo esto entiendo que tu comulgo con el proyecto es grande así que lo que viene ya lo sabrás. Ivan empieza a lanzar su música. Se encuentra en un páramo donde sus canciones están en el aire y nadie está ahí para escucharlas. 247 se viraliza. Apareces tú. Ser Yo se viraliza. Apareces tú. Zombie se viraliza. Apareces tú. Y así en 3 chancletazos de la vida, el macaco es capaz de pisar una baldosa más, sacar su Disco de Oro y comenzar su Tienes que verlo TOUR. Hasta aquí lo vivido, ahora lo que nos queda. Si has estado en alguno de los desconciertos de la gira ya habrás visto que aquí la cosa va de hacer magia con lo que tenemos. Pues bien, si hemos hecho lo que hemos hecho con 4 palos y 2 piedras imagínate lo que saldrá de este Finale. En fín, que no tengo más que decirte más que, bueno, que ya habrás notado por exceso de motivación y purpurina que esto no lo está escribiendo un agente de publicidad. Que soy yo, que si te va a hablar alguien en mi nombre seré yo siempre. Que este es el sitio que tienes en mis filas y no voy a ponerte en ningún otro. Que tienes que verlo. Que te quiero.