Fueron brutales. También, debería decir que fue la primera vez que los vi tocar en directo; pero, no puedo evitar decir que nunca me lo pasé tan bien como aquella noche. Disfruté como un niño y no paro de darle vueltas de volver a Japón para verles tocar de nuevo. Siempre escuché todas sus canciones desde mi ordenador y nunca pensé que podría sentir sus canciones aún más mías desde la pista. Por decir algo del entorno en el que los escuché, de diez. Hubo una gran versatilidad de artistas con los que pasar toda la tarde noche. Hasta volví tarde a casa. Un entorno bastante íntimo para disfrutar de la música, lo justo y lo necesario. Y, a demás, para mi gran sorpresa, pude conocer a los integrantes de primera mano en la zona de bebidas y espera del recinto. Reconocí a Narumi y le pedí un autógrafo. No sé por qué, pero ese día y los anteriores al llegar a Tokio fueron horribles para mí, y creí que no recibiría nada, puesto que también anduve por la calle un día entero y no iba bien aliñado, por así decirlo. Pero, completamente alejado de la realidad, Narumi y Makoto empezaron a llenarme de ilusiones diciéndome que llamarían al resto del grupo para conocerles y que me autografiaran. Estuve hablando con todo el grupo y conocí sus canciones favoritas del grupo. Hasta ellos mismos se ofrecieron a darme una foto grupal y me hicieron preguntas sobre mi viaje. Al final, acabé por mi cuenta un poco avergonzado porque quería corresponderles gratamente, pero, el tiempo que estuve en la calle, los nervios del fan, y mi propio olor corporal, hicieron que quisiera irme para no hacerles pensar cosas malas de mí. Quisiera gratamente volver a verles para reparar el poco tiempo que pasé y que ellos me ofrecieron. Y sobre todo, por poder darles las gracias como es debido por todo lo que han significado en mi vida. Si sólo les contara de ese día, les diría que me pateé todo Shinjuku buscando la forma de entrar. Completamente feliz de haberlos visto.